No sé por qué tendemos a temer tanto estar solos. Sé que no le ocurre a todo el mundo, pero hay una tendencia general a entrar en un estado de pánico tras la ruptura ante la posibilidad de no encontrar a nadie con quien compartir tu vida ¿Y qué? ¿Qué importa si eso no sucede? Nada, absolutamente nada; volcar la posibilidad de ser feliz en la existencia de otra persona es la única raíz del problema, ni más ni menos.